Prádanos conserva la última torre de telégrafo óptico de La Bureba

En la comarca se ubicaban cuatro torres de la Línea Castilla en el año 1846

pradanos

GERARDO GONZÁLEZ / Briviesca

La puesta en valor del patrimonio histórico de la comarca burebana emprendida por algunos entusiastas ha llevado al redescubrimiento de una antigua red de comunicaciones casi olvidada. Así, en la localidad de Prádanos de Bureba aún se conservan los restos de una de las cuatro torres del telégrafo óptico que enlazaba Madrid con Irún a mediados del siglo XIX.
Estas torres, situadas en Monasterio, Prádanos, Grisaleña y Pancorbo formaban parte de la primera y más importante de las tres líneas construida en España.
Denominada Línea Castilla comenzó a construirse en 1844 entrando en funcionamiento el 2 de octubre de 1846 con un total de cincuenta y dos torres.
Pese a que no existen restos visibles de las torres burebanas, excepto la de Prádanos, se conocen sus ubicaciones primitivas siendo la que aún conserva algunos restos la pancorbina del fuerte de Santa Engracia.
La casi simultánea instalación de la red de telegrafía eléctrica hizo que el telégrafo óptico tuviera una vida muy corta y así la línea Madrid-Irún dejo de funcionar en 1855.
Esta, en su momento moderna forma de transmisión de información, era de exclusivo uso militar, para transmitir noticias entre gobernadores y comandantes de las plazas que abarcaban.
La singularidad de la torre de Prádanos reside en que es una de las pocas que se construyó en la comarca ex profeso sin utilizar construcciones militares previas.
Esto a la postre la salvó de su destrucción deliberada como sucediera en Pancorbo, con la voladura del fuerte, o de ser esquilmada para reutilizar sus sillares en otras construcciones.
Así su actual deterioro responde únicamente al paso del tiempo pese a lo cual presenta un estado que haría factible una actuación de restauración.
Esta posibilidad, así como el diseño de una ruta turística siguiendo los antiguos emplazamientos, es uno de los objetivos de sus redescubridores.
Cabe destacar como elemento de peso en esta propuesta, además de la recuperación de un patrimonio cultural, que estas torres precisaban para su funcionamiento construirse en puntos estratégicos con un gran campo de visión.
Por ello la recuperación de las olvidadas torres telegráficas crearían simultáneamente una red de miradores desde los cuales en el caso de La Bureba permitiría abarcar una panorámica de no menos de diez kilómetros a la redonda.
Una de las facilidades para esta futura recuperación es el hecho de que se cuenta con toda la información necesaria, tanto de ingeniería como de equipos, para reconstruir con fidelidad las torres.

Vía El Correo de Burgos

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